La Carrera del Conferencista: El Propósito Mayor
Por Carlos de la Rosa Vidal
Estimado colega:
Principalmente son
tres las etapas para desatar una carrera por la excelencia humana, la primera
de ellas reúne toda nuestra historia personal, la misma que nos ha llevado a
desarrollar un sentimiento de cambio, la segunda es aquella que suma todos los
momentos necesarios para implementar tu propia construcción y crecimiento,
tarea convertida en permanente.
La más importante de
todas ellas es la etapa de la conspiración, cuando por fin reúnes tus mejores
armas, suministros y artefactos para compartir con otros un camino de
despertar, sueño y excelencia.
¿Cuántos años te
tomará llegar a la conspiración? Puedo decirte que desde el mismo instante en
que te haces un juramento de hacer de tu vida un instrumento para el
crecimiento propio y de quienes te rodean, llamaste al universo para que
conspire a tu favor. Y con aquella energía recibida te conviertes en un
conspirador del cambio buscado.
La frase sinónima de
conferencista inspirador debiera ser “promotor de libertad” o aun más
“conspirador del cambio” porque en esencia eres un emprendedor hacia la
libertad. Quien con la empresa de hacer crecer a otros, crece también. Quien
soñando, hacer soñar. Quien con sus acciones, inspira obras más grande todavía.
Por esta razón es imprescindible la conexión siguiente: la palabra en las
conferencias y acción para la vida.
Admiro a los
escritores, en una feria desarrollada en Lima, tuve frente a mí a Oswaldo
Reynoso, muy conocido autor, maestro e intelectual peruano. No pude más que
abordarlo para extraer sus secretos en el arte de la escritura, a lo que
rápidamente contestó: “Lee, lee, lee. Escribe, escribe, escribe y vive
intensamente.”
En el 2011, volví a
encontrarlo en una popular calle de Lima Cercado, mi pregunta era para absorber
más réplicas del intelectual, no hay más secretos fue su respuesta. En los
breves cinco minutos de conversación compartí con Reynoso mi historia con su
frase sobre los secretos del escribir de años atrás. De cómo con su frase hice
conspiraciones. Como en aquella oportunidad cuando en una concurridísima
conferencia en el teatro de la universidad de ingeniería UNI en el 2008, de la
frase encontramos una enseñanza para los emprendedores: “intentar, caer,
levantarse y vivir intensamente”.
Un orador
profesional, debiera ser un autor de conspiraciones positivas. No sólo un
experto en estudiar, leer y hablar. Sino un especialista en prepararse,
experimentar, compartir y conspirar elevando obras a su paso. Y poniendo las
manos en la obra, manteniéndolas en ella. Que las gotas de la frente no sólo
sean de pensamiento, sino la respuesta ante sol de la empresa.
Un Nuevo
Conferencista
Qué hermoso será
cuando te encuentres habitando en el sueño. Y más hermoso aún cuando hayas
decidido pasar a ser un nuevo tipo de orador, no un comunicador sin acción.
Sino en actor comunicador. No trabajes sólo para ti, si puedes ayudar a
construir una mejor nación. Si a la distancia, miles de kilómetros desde donde
te encuentras, alguien puede despertar más agradecido gracias a ti.
Qué hermoso será
cuando decidas ser ese nuevo tipo de conferencista conspirador. En palabras de
un colega tan activo como inspirador, actuando como locos, porque una misión
como ésta es de locos. Te recomiendo la frase iluminada de un conferencista
emprendedor Fernando Ramos Leal: Haz que suceda. O la frase de un muy talentoso
orador y activista Diego Arias Zapata: Sueña, Construye y vive, haciendo
realidad los sueños imposibles.
O las palabras del
muy auténtico Pepe Cabral, conferencista de palabra Humana con mayúsculas,
sobre el fluir con la vida e invitarnos a tomar la vida como una oportunidad de
crecimiento. Nuestro colega Fernando Isolini te invita a viajar e intentar
llevar lo más lejos posible el mensaje, tanto como sembrar muy cerca en tu
propio país.
Qué hermoso sentido
adquiere la vida, cuando te tomas un trabajo de conferencista actor. Hasta
puedes llorar de alegría porque tienes un motivo poderoso para vivir. Escribió
Santa Teresa que se derraman más lágrimas por las oraciones contestadas que por
las que no obtienen respuesta. Que tu vida sea una historia que no se olvide,
que deje huella. Que se llore de alegría por obras construidas con entusiasmo e
irrefutable sentido. Me pregunto si te llamarás a ti mismo conspirador del
cambio.
Estimado colega, me
hablarás del miedo inevitable ante la responsabilidad de emprender una carrera
de conferencista conspirador. Te responderé. Tu trabajo no es hablar, tu
trabajo es inspirar obras más grandes. Tu trabajo no es estar al frente de cien
o diez mil personas, tu trabajo es cambiar vidas.
Fuente: Cartas a un
Nuevo Conferencista
Carlos de la Rosa
Vidal